Una veintena de SEAT 600 luce en la Estación del Norte de Valencia

Los nostálgicos están de enhorabuena. Hasta el 11 de junio la Estación del Norte de Valencia alberga una exposición que muestra veinte SEAT 600 con motivo del 60 aniversario de la fábrica española de coches.

Cada una de estas joyas de redondeadas formas podría relatar un buen pedazo de nuestra historia reciente. Familias enteras, incluidos la suegra y el canario viajaron hacinadas en su interior por las tortuosas carreteras nacionales de los sesenta y setenta, y eso los que tuvieron la suerte de poder pagar las letras, nada menos que 65.000 pesetas de la época, unos 390 euros actuales.

El 600 es símbolo de una época que ha quedado atrás pero que vive todavía en el recuerdo de muchos. Representa una generación que con esfuerzo, pluriempleo y familias numerosas sacaron adelante a un país que intentaba sacudirse las secuelas de la posguerra y se modernizaba tímidamente a golpe de industria, construcción, agricultura y turismo.

Estos días podemos encontrar numerosas versiones de nuestros queridos utilitarios en la céntrica y bella Estación del Norte. Los hay en su versión de lujo, deportiva, descapotable, de cuatro puertas, furgoneta e incluso, me parece un sacrilegio, moderna maqueada.

Antes de la fabricación de los SEAT 600 se comercializaron en España algunos FIAT 600, pero pronto, el 27 de junio de 1957 se ensambló el primer patanegra auténtico en la factoría de la zona Franca de Barcelona, un SEAT 600 con número de bastidor 100-106-400.001 que se dio de baja curiosamente en Valencia, en febrero de 1985.

El 3 de agosto de 1973 finalizó la producción del SEAT 600 por la falta de competitividad frente a otros modelos como el Renault 5 y sobre todo por la implantación obligatoria de los cinturones de seguridad, difícilmente instalables en el estrecho pilar donde debían ubicarse.

Se cuenta que los trabajadores de SEAT despidieron el último 600 que fabricaron con una pancarta que rezaba: “Naciste príncipe y mueres rey”. En total se construyeron hasta 1973 la friolera de 799.419 unidades.

Entre sus muchas curiosidades cabe decir que tiene el motor en la parte trasera, apenas cuenta en su modelo básico con 21,5 CV de potencia, en algunas versiones las puertas son de apertura tipo suicida (abren hacia atrás) o que su primer modelo alcanza los 95 Km/h de velocidad punta frente al más potente que ronda los 120 Km/h, todo un bólido.

Estas prestaciones no solo parecían a los españolitos del momento suficientes sino que el 600 llegó a ser un objeto de ensueño y deseo.