Las castañas fueron introducidas en Europa desde Asia y han sido una importante fuente de alimentación. Durante la Edad Media, gracias a los bosques de castaños, se utilizaba este fruto en forma de harina. Es un alimento bajo en grasas y con mucha vitamina C. Con la llegada del frío llegan los puestos de castañas, tan característicos en esta época, y sobre todo en Navidad. Son muy fáciles de asar en casa. Y a los niños les encantará ayudarte en el proceso. Hay tres formas de hacerlo:

1. En la sartén.

A la castaña el fuego le sienta estupendamente. Vale cualquier sartén, pero si ya tienes la que venden específicamente para ello – con agujeros en la base- todavía mejor. No son nada caras. En el caso de que tengas vitrocerámica el resultado no será tan perfecto como con el fuego, pero las disfrutarás igual. Primero lávalas y practica en el fruto un corte en forma de cruz. Que sea lo suficientemente profundo para atravesar las dos capas y que luego estas se puedan pelar fácilmente. Unas gotitas de aceite en la sartén son suficientes. Dales vuelta de vez en cuando y listo.

2. En el horno:

El proceso es muy parecido a hacerlas en el fuego. Primero se lavan y secan bien. Luego el corte profundo y se extienden en la bandeja. Precalienta el horno a uno 200 grados. Humedécelas un poco y después de 20 minutos comprueba si están blandas, pinchando en una de ellas. Son más fáciles de pelar cuando aún están calientes.

3. En el microondas:

Ya sabes, lavar, dejarlas un poco húmedas y hacerles el corte. Bien por ambos lados o uno solo en forma de cruz. Introduce las castañas en un recipiente apto para el microondas y tápalas. Normalmente es suficiente con 3 minutos, pero depende de la potencia del mismo. Podrás sacarlas cuando al pincharlas notes que ya están blandas. ¡A disfrutar!

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