Los productos fabricados con estos materiales tendrán que superar la reacción del sistema inmunitario.

¿Cómo introduciremos grafeno en nuestro organismo sin provocar rechazo? El reto es hacerlo biocompatible.

El ámbito de la medicina es una de las múltiples aplicaciones que se han conferido a los nanomateriales de grafeno, abarcando desde terapias contra el cáncer hasta transferencias genéticas e ingeniería de tejidos. Y probablemente, la principal barrera que tendrán que superar los productos fabricados con este material sea la reacción del sistema inmunitario.

Investigadores europeos han estudiado y analizado como actúan nuestras defensas ante la presencia de productos fabricados a base de óxido de grafeno.

La forma oxidada del grafeno, el óxido de grafeno, es conocido como un material de carbono que agrupa gran cantidad de propiedades mecánicas, que podrían aprovecharse como herramienta diagnóstica y terapéutica en medicina.

Pero, lógicamente, antes de lanzarse a la aventura, los científicos deben de investigar hasta llegar a comprender como interactúa el grafeno con las células inmunitarias que protegen a nuestro cuerpo de los agentes externos.

Varios centros europeos, entre los que se encuentran las universidades de Sassri y Roma Tor Vergata (Italia) y el CNRS francés, han desarrollado un entorno experimental para determinar las interacciones entre el óxido de grafeno y quince grupos celulares de nuestro sistema inmunitario, como son los leucocitos, monocitos, linfocitos T, células NK y células dendríticas.

La revista Nature Communications ha publicado los datos del estudio, datos que señalan la repercusión de “funcionalizar” los nanomateriales basados en grafeno, agregando a su superficie otras moléculas, como los grupos amino, para que puedan ser más semejantes a las células inmunitarias humanas.

Según señala Lucía Gemma Delogu, coautora e investigadora de la Universidad de Sassari, para los experimentos han usado la citrometría de masas unicelular para analizar cómo afecta el óxido de grafeno a estas células, antes y después de unirlas a otras sustancias. Con este método los investigadores han podido medir más de treinta marcadores celulares

Delogu afirma que… “Así hemos comprobado que el grafeno funcionalizado con grupos amino aumenta su biocompatibilidad respecto al óxido de grefeno normal. Además, pudimos identificar estímulos específicos del grafeno funcionalizado en dos tipos celulares: los monocitos y las células dendríticas”. Los resultados confirman que los grupos amino aumentan la biocompatibilidad de este material.

Este estudio forma parte del proyecto europeo G-IMMUNOMICS, cuyo objetivo es poder utilizar el grafeno de forma segura en medicina y en cualquier otro ámbito, reduciendo al máximo sus efectos en la salud y el medio ambiente.

La investigadora insiste en que es necesario descubrir las funcionalidades del grafeno para poder avanzar en terapias contra el cáncer, ingeniería de tejidos, transferencia de material genético, neurociencia, así como en herramientas de diagnóstico de enfermedades.

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