Hoy, Día Mundial de la Salud, hablamos con el doctor Enrique Moreno González, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, doctor honoris causa por más de veinte universidades, y una de las máximas eminencias mundiales en cirugía del aparato digestivo y trasplante  hepático. Con él intentamos dilucidar  la importancia del diagnóstico precoz, las pruebas necesarias para decidir la línea de tratamiento más efectiva y si existe alguna regla básica que nos garantice una buena salud.

El Profesor Enrique Moreno González es Board Norteamericano de Cirugía Colon-Rectal, miembro de la Sociedad Internacional de Cirugía Colo-Proctológica y Miembro Fundador de la Sociedad Mundial de Cirujanos Colo-Rectales Universitarios.

Dr. Moreno ¿existen desde la perspectiva de su especialidad áreas en los que no se demuestren avances palpables?

Sin duda, en la práctica, el tratamiento del cáncer no ha mejorado sustancialmente en cuanto al conocimiento de sus orígenes o a la detención precoz antes de que aparezcan los primeros síntomas de su desarrollo. De aquí que el tratamiento quirúrgico siga constituyendo la base que en un estimable de enfermos dé lugar a su curación. El mejor resultado se obtiene en aquellos enfermos diagnosticados de forma incidental, asintomáticos, explorados por otros motivos no relacionados con el cáncer que padecen.

Esto quiere decir que el concepto “early Cancer” (cáncer precoz o temprano) nos lleva a confirmar que el 90% de los cánceres son local o regionalmente avanzados en el momento de su diagnóstico, y en un escaso número entrarían en el concepto de precoces o tempranos.

Sin embargo, existen algunos tumores que se asientan en órganos desde los que expresan su mayor agresividad; el mejor ejemplo puede ser el cáncer de páncreas exocrino. Y en cambio en el extremo opuesto, de menor agresividad, estarían los tumores malignos del páncreas endocrino, claro está que aquí se incluyen dos conceptos diferentes, uno es la menor agresividad de los tumores malignos que asientan glándulas endocrinas y otro, el mayor grado de tolerancia por parte del organismo y en su mejor respuesta inmunológica al crecimiento y dispersión de estos tumores.

No puede establecerse una línea firme de diagnostico-terapéutica en un tumor advertido en un estudio determinado, no obstante, la referencia de mayor valor práctico sería la siguiente:

  • Clínica (sintomatología del enfermo): Obstrucción biliar o de cualquier víscera hueca-estómago-intestino grueso; anemia por pérdida sanguínea; pérdida de peso por incremento del catabolismo.
  • Estudio de laboratorio (anemia, alteración de la función de órganos-hígado, riñón, pulmón). Elevación de los niveles de marcadores tumorales.
  • Exploración radiológica (especialmente mediante Resonancia Nuclear Magnética que nos expresará la morfología tumoral, afectación de órganos vecinos o grupos ganglionares relacionados, así como la probable invasión de órganos distantes como hígado, pulmones o sistema músculo-esquelético).
  • Biopsia mediante toma de tejido tumoral (PAAF: Muestra Citológica mediante Punción Aspiración Aguja Fina)

 El criterio con el que estoy identificado (en áreas  de un tratamiento más correcto) es que en el 75% de los enfermos, tras el estudio radiológico deberían ser tributarios de exploración quirúrgica; la cual complementaría de forma correcta el diagnóstico ofreciendo la posibilidad de tratamiento radical o paliativo de la enfermedad.

De cualquier forma, si no se posee el diagnóstica histológico, no puede recomendarse el tratamiento oncológico médico antes de la cirugía. ¿Es esto correcto?

 Sin duda, está Vd. En lo cierto. A pesar de todo, me he referido al efecto de la biopsia por punción (percutánea) que posee un rendimiento (diagnóstico de certeza) no superior al 50% (de aciertos) manteniéndose el número de complicaciones (hemorragia, punción de la vía biliar, pancreatitis focal). Estos datos no han mejorado con la identificación del tumor y su punción a través de una cavidad visceral accesible en la endoscopia (eco-endoscopia), como son el estómago, el duodeno, o el recto. Una  variedad especial de esta exploración  es la colangio pancreatografia retrógrada endoscópica 8CPRE), procedimiento realizado mediante duodenoscopia que nos permite llegar hasta la confluencia de la vía biliar y conducto pancreático en el duodeno y, a través de su orificio, introducir una sonda que nos permita extraer jugo biliar y pancreático para estudiar posibles células malignas en su interior o introducir contraste para estudiar los posibles cambios en la forma de estos conductos. Este procedimiento se ve lastrado por la no excepcional producción de pancreatitis aguda o hemorragia tras su realización.

Por estos motivos se ha de ser muy selectivo en la elección de las pruebas diagnósticas en el cáncer en general y más especialmente en la localización de esta enfermedad en el aparato digestivo.

En relación con la posibilidad de mantenimiento de la salud ¿puede darse alguna pauta para obtener y potenciar ese estado saludable, exento de enfermedad?

 No existe ningún consejo o conducta que nos permita eliminar el riesgo de enfermedad. No obstante, el mantenimiento de la salud se relaciona con la detección inmediata de una enfermedad, antes de que pueda esta desarrollarse. De aquí que sean tan importantes las campañas para la detección  precoz del cáncer de mama o de útero  en la mujer; el cáncer  de próstata en el hombre, el cáncer de colon, la transformación de la afectación del esófago por reflujo en  cáncer; el cáncer oral o laríngeo; el cáncer de pulmón etc. Campañas de un extraordinario rendimiento.

Prevalece sin embargo los consejos para mantener una vida sana, evitando los efectos del tabaco, la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas, demasiado ricas en grasas, azúcares o especies. Claro que el estado psicofísico es también básico; así el mantenimiento e incremento de la ilusión laboral, en proyectos compartidos que generan optimismo. La moderación en la actividad informativa que nos aproxima a un mundo agonizante pleno de desesperanzas, de comportamientos irrespetuosos, cuando no crueles. Hace falta buscar en los principios de la naturaleza, en sus leyes naturales objetivos que conduzcan  nuestro camino hacia un mundo mejor.

Actualmente, el mayor comportamiento antagónico somos nosotros mismos. La medicina con sus estimables recursos no puede sustituir el comportamiento humano, ni la aparición inesperada de plagas o nuevas enfermedades.

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