Todas estas razones convierten al tabaco en un obstáculo muy grave para disfrutar del derecho a la salud y a la vida.

A principios de siglo, la tasa de población adulta fumadora se situaba por encima del 32%.

Los efectos de las sucesivas leyes que han amparado la disminución de la exposición general de la población al humo ambiental, unido a la desaparición de la publicidad directa sobre el tabaco, han aumentado la percepción general de riesgo asociado al consumo de tabaco, y en consecuencia que bajaran drásticamente las tasas de fumadores adultos, hasta situarse en la actualidad en el 22,1%.

Foto: Prensalibre.com

Pero no olvidemos que sigue siendo un porcentaje muy alto el número de personas que consumen tabaco, provocando con ello que este sea el primer problema de salud pública de nuestro país, por la disminución que ocasiona en las expectativas de calidad y esperanza de vida, que llega a ocasionar la muerte prematura de la mitad de sus consumidores regulares.

Es llamativo que el consumo de tabaco se concentre en personas de los niveles sociales más desfavorecidos, así como que siguen existiendo demasiados ambientes en los que parte de la población se ve expuesta al humo pasivo del tabaco.

Las organizaciones firmantes del documento “Declaración de Madrid-2018 para el avance de la regulación del tabaco en España”, consideran urgente que en nuestro país se vuelva a conseguir el liderazgo de primeros de siglo que alcanzamos en Europa, en la lucha contra el tabaquismo, para lo que se deberían de implementar una serie de medidas basadas en la evidencia científica:

  • Subir la fiscalidad de todos los productos que contengan nicotina, hasta llegar a equipararnos a los países más desarrollados de nuestro entorno.
  • Exigir el cumplimiento de la legislación tanto en el consumo como en los lugares de consumo.
  • Prohibir fumar en cualquier tipo de vehículo, como medida de seguridad vial y medio-ambiental.
  • Introducir el empaquetado neutro, con el fin de disminuir el atractivo del producto y aumentar su percepción de riesgo.
  • Regular la publicidad, la promoción y el patrocinio tanto del tabaco como de los productos relacionados con el mismo, y evitar su publicidad en los puntos de venta.
  • Implicar a los cuerpos de seguridad en el ejercicio de hacer cumplir lo legislado al respecto.
  • Promocionar los hogares libres de humos, y concienciar a la población en general en evitar la exposición al humo ambiental del tabaco.

Las organizaciones y firmantes del documento están convencidos de que la aplicación de estas medidas contribuiría decisivamente a prevenir el inicio en el consumo, así como que ayudarían a quien quiera dejar de fumar permitiéndole más posibilidades para conseguirlo.

Otros artículos

Anisakis, principal intoxicación alimentaria