La ÀLiga de Barcelona es una figura que forma parte del bestiario histórico. Junto con los Gigantes de la Ciudad, es la máxima representante protocolaria de Barcelona.
La historia de la figura se remonta al siglo XIV y ya está documentada entonces. Pero la época más esplendorosa la vivió en los siglos XVI y XVII, cuando participaba en las ceremonias, actos o fiestas oficiales donde asistía a cualquier miembro del Consejo Municipal en representación de la ciudad.
También tenía el privilegio de danzar dentro de las iglesias y desfilaba ante la custodia en la procesión del Corpus. Algunos piensan que el águila (àliga) simboliza al evangelista san Juan, que desde la Edad Media se ha representado La Àliga de Barcelona es una figura que forma parte del bestiario histórico. Junto con los Gigantes de la Ciudad, es la máxima representante protocolaria de Barcelona.
Algunos piensan que el águila (àliga) simboliza al evangelista san Juan, que desde la Edad Media se ha representado iconográficamente con esta ave.

La ÀLiga de Barcelona

 La figura tuvo gran popularidad durante sus primeros siglos de actividad, pero a partir del XVIII, con los Decretos de Nueva Planta y las sucesivas prohibiciones de los entremeses festivos, le fueron restringiendo privilegios y limitando ámbitos de actuación. Con el paso del tiempo fue perdiendo simbolismo y renombre, y la última referencia que tenemos es de 1807, por las fiestas de canonización de san José Oriol, cuando ya se presenta como un entremés muy decadente.
La Àliga de Barcelona que tenemos hoy la construyó el artista imaginero Xavier Jansana en 1999. Anteriormente hubo otra, de 1989, hecha por Manel Casserras i Boix durante el proceso de recuperación de la imaginería festiva de Ciutat Vella. Se responsabilizó de ella la Asociación de Fiestas de la plaza Nova y se presentó ese mismo año en agosto, por las Fiestas de Sant Roc de la plaza Nova.
Desde 1993 forma parte del Séquito Popular de Barcelona, y todavía hoy encabeza el bestiario, junto al Lleó de la ciudad.

Junto con los Gigantes de la Ciudad, es la máxima representante protocolaria de Barcelona.

Junto con los Gigantes de la Ciudad, es la máxima representante protocolaria de Barcelona.
En 1998, la Asociación de Fiestas de la plaza Nova cedió oficialmente la pieza a la ciudad y desde entonces vuelve a ser considerada entremés municipal. Tiene un protocolo propio y representa a Barcelona cuando se lo requieren. La Àliga disfruta de un lugar privilegiado en el calendario festivo de la ciudad, sobre todo por La Mercè y Santa Eulàlia.
Cuando no sale, se puede visitar en el Palau de la Virreina, donde está expuesta permanentemente. con esta ave.
La figura tuvo gran popularidad durante sus primeros siglos de actividad, pero a partir del XVIII, con los Decretos de Nueva Planta y las sucesivas prohibiciones de los entremeses festivos, le fueron restringiendo privilegios y limitando ámbitos de actuación. Con el paso del tiempo fue perdiendo simbolismo y renombre, y la última referencia que tenemos es de 1807, por las fiestas de canonización de san José Oriol, cuando ya se presenta como un entremés muy decadente.
La Àliga de Barcelona que tenemos hoy la construyó el artista imaginero Xavier Jansana en 1999. Anteriormente hubo otra, de 1989, hecha por Manel Casserras i Boix durante el proceso de recuperación de la imaginería festiva de Ciutat Vella. Se responsabilizó de ella la Asociación de Fiestas de la plaza Nova y se presentó ese mismo año en agosto, por las Fiestas de Sant Roc de la plaza Nova.
Desde 1993 forma parte del Séquito Popular de Barcelona, y todavía hoy encabeza el bestiario, junto al Lleó de la ciudad.