Una escapada a la provincia de Cuenca siempre es una buena idea, y hoy os recomendamos pasaros por el Castillo de Belmonte.
Un buen lugar donde disfrutar de tu tiempo libre ya que es un castillo restaurado y convertido en museo y lugar de celebración de eventos, lo que nos permite visitarlo en profundidad, apreciando su origen renacentista y las reformas del siglo XIX encargadas por Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia.
Está un poco menos de Cuenca o desde Ciudad Real, y consiste en una fortaleza que se eleva en el cerro de San Cristóbal, a las afueras de la villa de Belmonte.
Fue declarado Monumento histórico artistico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931.
Actualmente, está considerado como Bien de interés Cultural.
Una vez allí observareis que su estructura es increíble por su gran estado de conservación., prácticamente el mismo que tuvo en el momento de su construcción, constituye un valioso tesoro patrimonial.
Fue construido en la segunda mitad del siglo XV, por orden de don Juan Pacheco, primer marqués de Villena.
En 1456, en el cerro de San Cristóbal, se inician las obras de construcción del castillo que duraron aproximadamente hasta 1468.
La parte exterior del castillo amurallado se une con las se une a las murallas que descienden hasta Belmonte.
En la puerta de acceso encontramos una portada gótica.
La planta del castillo es muy peculiar, denominada de «estructura atenazada», construida sobre un triángulo equilátero.
El castillo ha sido restaurado desde hace poco (2010) y a lo largo de la fortificación veréis todo un conjunto de salas ambientadas con el estilo de la época.
Y durante nuestra visita podremos disfrutar de un audiovisual de unos 10 minutos de duración ideal para entrar en calor y situarse a nivel histórico en las dependencias del castillo.
Visitar varias de sus habitaciones ambientadas en el medievo que dio pie a la construcción inicial del castillo.
Y como no subir al al torreón donde disfrutarás de espléndidas vistas a los extensos campos labrados de Castilla-La Mancha así como a un conjunto de molinos de viento y al pueblo de Belmonte.
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