Repsol ha anunciado que construirá en su refinería de Cartagena la primera planta de biocombustibles avanzados de España, con una inversión de 188 millones de euros y una capacidad de producción de 250.000 toneladas al año. Estos biocombustibles, que se obtienen a partir de materias primas recicladas, podrán usarse en aviones, camiones o coches, y contribuirán a reducir 900.000 toneladas de CO2 al año.

El complejo de Repsol en Cartagena da empleo directo a 900 personas, indirecto a 2.385 e inducido a 871 y su actividad supone el 70 % del tráfico de mercancías del puerto, según la empresa.

La nueva planta, que se prevé esté operativa en breve, contará con una planta de hidrógeno y una unidad de hidrotratamiento dotada con tecnología de vanguardia. La materia prima reciclada que se utilizará será principalmente aceites vegetales usados (AVU), grasas animales, aceite de palma certificado y aceite de cocina usado (UCO).

Esta iniciativa se enmarca en el compromiso de Repsol de ser una compañía cero emisiones netas en 2050 y en su apuesta por la economía circular como herramienta para el uso eficiente de los recursos y la reducción de emisiones. Repsol es la primera compañía energética en asumir este reto, que implica transformar su modelo de negocio y diversificar sus fuentes de energía.

La planta de biocombustibles avanzados de Cartagena supone también una oportunidad para el desarrollo industrial, la creación de empleo y el impulso a la innovación en la Región de Murcia. Según Repsol, la construcción y puesta en marcha de la planta generará unos 1.000 empleos, y se espera que tenga un efecto multiplicador en la actividad económica local.

La refinería de Cartagena es una de las más modernas y eficientes de Europa, y cuenta con una capacidad de destilación de 11 millones de toneladas al año. Con esta nueva planta, Repsol refuerza su papel como actor relevante en la transición energética y como suministrador clave de ecocombustibles para el transporte.